Rompiendo barreras: Mi trayecto como Health Coach, desde El Jerusalem Post hasta el bienestar
- Daniela Gleiser
- 11 feb 2024
- 4 Min. de lectura
— Y el Poder de las Palabras, la Perfección y el Autoconocimiento
Mi background personal
Mi madre me dijo una vez que aprendí mis primeras palabras incluso antes de cumplir un año. Ella me llamó cariñosamente "Vieja Chica". Nací en España pero nos mudamos a Chile a mis cuatro años y así comenzó mi viaje lingüístico. Tuve que adaptarme a nuevas palabras y formas de comunicarme, ya que algunas palabras que conocía eran consideradas "no agradables" en Chile.
A medida que crecí, a menudo me etiquetaron como tímida o introvertida. Preferí observar y aprender sobre todo antes de expresar mis pensamientos. Me convertí en una esponja de conocimientos, siempre deseosa de memorizar y adquirir nuevas habilidades, impulsada por el deseo de ayudar a los demás.
Obsesión por la perfección
Mi padre era un perfeccionista, de esos que ajustan un objeto dos milímetros si no está perfectamente alineado. Yo también me obsesioné con hacerlo todo perfecto.
Siempre he tenido predilección por hablar. Si le preguntan a mi hermana o a mi mamá, les contarán queá tenían que silenciarme por las noches porque querían dormir. Nunca tuve un acento chileno específico y evitaba usar palabras que consideraba "no agradables" o vulgares, lo que muchas veces me hacía sonar diferente a una verdadera "Chilenita". Me enorgullecía de pronunciar las palabras extranjeras en la forma en que debían pronunciarse, no en la forma "chilena".
Heredé el amor de mi padre por aprender idiomas, pero no los hablaba con fluidez. En cambio, me concentré en ampliar mi vocabulario y comprensión porque "no sabía lo suficiente" o no sabía pronunciarlo perfectamente, por lo que me daba vergüenza hablar.
El arte siempre fue parte de nuestra familia y la música fluyó por toda nuestra casa, con el amor de mi madre por la música y la habilidad de mi padre para aprender instantáneamente cualquier instrumento musical. El jazz, el blues y el rock clásico pusieron la melodía en nuestras vidas. Mi bisabuela recitaba poesía, mi abuela materna adoraba el tango y mi abuelo era un entusiasta de la ópera.
Cantar era mi pasión, aunque tocar instrumentos nunca fue fácil. Soñaba con ser cantante, pero sentía que no era perfecta ni lo suficientemente bonita para aparecer en el escenario. Mi voz no era lo suficientemente perfecta y carecía de habilidades instrumentales. Dudaba que pudiera hacer una carrera exitosa con mi pasión.
Un camino diferente
Entonces, elegí un camino diferente: Diseño Gráfico y Comunicación Visual. Era una ruta más segura y fácil, que me permitió aprovechar mis antecedentes artísticos familiares.
Al graduarme con honores, disfruté del campo que elegí; era mucho más fácil para mí, pero sabía que había postergado mi verdadera vocación.
Mi anhelo de estudiar Judaísmo superó mi miedo al fracaso y al rechazo. Tomé la audaz decisión de mudarme a Israel, un país donde no hablaba el idioma, para aprender sobre Torah y Judaísmo, un tema que nunca había profundizado antes, todo en inglés, un idioma que nunca había hablado.
Recuerdo vívidamente mis primeras clases: escuché una clase en la que felizmente entendí todo, la segunda clase, lo mismo, la tercera la emoción se convirtió en una sobrecarga cerebral en cuestión de horas. Pero perseveré, conocí gente nueva e hice amigos a pesar de mi pobre inglés. Luego, me embarqué en el viaje de aprender hebreo.
Finalmente, dejé mis estudios, mi padre falleció y busqué un trabajo estable. Fue entonces cuando me uní a The Jerusalem Post como diseñadora gráfica, donde trabajé durante siete años. En mi primer día, mi jefe me preguntó:
"¿Qué idioma quieres que te hable, hebreo o inglés? Si supiera español, estaría feliz de hablarlo contigo".
Esa frase me cambió y ese momento me enseñó que la comunicación efectiva trasciende las barreras del idioma. Gracias David!
El diseño gráfico, al igual que el lenguaje, trata de transmitir un mensaje de forma eficaz. Es lo que más disfruté de mi trabajo: encontrar la mejor manera de comunicar mensajes con claridad.
Esto es lo que hice e intenté cada año que trabajé para ellos. Incluso pude escribir algunos artículos para revistas y periódicos y me alegro de haberlo hecho.
Teníamos gente de todas partes trabajando en el periódico, en muchos idiomas y todos podían comunicarse a su manera, con un objetivo: entregar noticias e historias de la manera más efectiva posible.
Coaching de salud integral
Comencé a leer libros en inglés y tomé cursos en línea. Mi siguiente objetivo fue estudiar Coaching Integral de Salud, Nutrición y Bienestar, todo en inglés, para ayudar a las personas en su vida diaria a través de palabras y diversas formas de expresión.
Aquí estoy hoy, compartiendo mi historia con ustedes a pesar de mi inglés entrecortado y mi orgulloso acento latino. He aceptado la importancia de superar los miedos y trabajar en ellos. Ninguno de mis idiomas (inglés, hebreo o español) es perfecto y, aunque entiendo el portugués y el italiano, todavía no puedo hablarlos con fluidez.
Todavía tengo una obsesión con las palabras, la comunicación y transmitir mensajes con claridad. Las palabras tienen una inmensa importancia en mi vida, aunque no soy una escritora profesional, estoy comenzando este blog para compartir mi perspectiva sobre cómo podemos convertirnos en las mejores versiones de nosotros mismos. Espero que lo disfrutes.
¿Tienes una obsesión? ¿Qué harías con ella?
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